¿A quiénes nos comemos?

El mundo avanza cada día más hacia el abandono de las prácticas abusivas hacia los animales, empezando por sus platos. En todos los rincones las personas somos más conscientes de lo que hacemos, en especial acerca de las vidas que solemos ignorar todos los días.

En este documental llamado “Who We Eat”, se hace un recorrido por los procesos de las industrias que se lucran con el uso de otras especies para nuestra alimentación. La última parte está enfocada en tres activistas veganos que comparten sus esfuerzos por lograr que nuestra sociedad deje a un lado la crueldad, que seamos más conscientes de que lo que consideramos placentero implica mucho sufrimiento a otros.

La premisa es simple, pero a la vez extremadamente compleja: para cambiar el mundo, lo primero es cambiar nosotros mismos. Desde los comportamientos cotidianos e individuales, desde nuestras rutinas, podemos ir cambiando las cosas, poco a poco.

Así lo piensa Friedrike Schmitz, una filósofa alemana, quien es la directora de la fundación “Mensch Tier Bidung”, quienes se dedican a la educación de las personas, en especial de niños. A través de material audiovisual e interactivo, muestran la realidad de los animales en los colegios, para que así las personas puedan tomar decisiones por su propia cuenta, con respecto al consumo de animales en sus platos.


Ella opina que este es un problema del cual hay que ocuparse de inmediato, en lugar de seguir ignorando sus causas y consecuencias. Además es consciente de que en las actividades que ella realiza, muchas veces el espanto de la gente es algo temporal, pues la fuerza imparable de la normalidad a la cual estamos acostumbrados hace que se pierda el impacto.

Esa normalidad que nos ha enseñado desde pequeños que los humanos estamos por encima de los animales, que nuestros derechos son más importantes. Esta opinión hace que se adapte a nuestro comportamiento y nos volvamos insensibles.

Este tipo de actitud tiene un nombre: “Empathy Avoidance” o “Evitar la Empatía”, en el cual decidimos ignorar a los sujetos que se encuentren en situaciones de vulnerabilidad, ya que decidimos previamente que ayudar significa un gran costo para nosotros. Por lo tanto, lo más sencillo es mirar a otro lado y seguir el camino como si nada estuviera pasando.

Por otro lado, vemos el trabajo de Friedrich Mülln, de la fundación Soko Tiershutz, quienes están en una verdadera batalla en contra de la ganadería. Ellos son responsables de infiltrarse en varios mataderos para instalar cámaras que muestran cuáles son los tratos que se les dan a los animales.


Por supuesto lo que se muestra es una completa barbarie. Cabe destacar que las conferencias que dan están dirigidas hacia los adultos. Quienes no pueden soportar la crueldad que están viendo.

Mülln es consciente que la industria que explota a los animales es una unidad indivisible, no vale decir que se reduce el consumo de un producto, pues la leche es un producto que significa una verdadera tortura para las vacas.

Así mismo, no vale decir que exista bienestarismo, pues el resultado será siempre el mismo, animales explotados y asesinados.

El objetivo de Mülln y muchos activistas veganos es la abolición total de estas prácticas.

Por otro lado, se muestran los esfuerzos de Tobias Leenaert, quien nos muestra un enfoque diferente. El cual para ciertas personas resulta mucho más realista y posible en nuestra sociedad.

 

“En cuanto a las cuestiones morales, es difícil encontrar una causa más clara que la cuestión del veganismo”

 



El mismo afirma que “En cuanto a las cuestiones morales, es difícil encontrar una causa más clara que la cuestión del veganismo”, pues los argumentos en contra suelen ser muy pobres y nunca justifican la crueldad exacerbada que se está cometiendo.

Desde su perspectiva, lo mejor que se puede hacer es crear productos que reemplacen esas comodidades a las cuales están acostumbrados los humanos, es decir, que haya sabores tan impresionantes que no exista la necesidad de volver a consumir ningún producto derivado de otras especies.

Esto ayudaría a que las personas que empiezan un cambio, sean capaces de sostenerlo con el tiempo. Leenaert dice que es mucho mejor un cambio progresivo, que no se trata de que existan unas pocas personas haciendo todo perfecto, es mejor que muchas estén haciendo modificaciones imperfectas que pueden progresar con el tiempo.

Para él, el enemigo # 1 es la mala comida vegana, que ayuda a confirmar el prejuicio que tienen las personas con respecto a este estilo de vida. Lo que haría que el evitar la empatía regrese a ellos, pues saben que están pagando un precio muy alto por el cambio que están haciendo.

Si existen opciones que sean más baratas y no sacrifiquen los sabores que las personas buscan, no habría razón alguna para que los humanos sigan apoyando las prácticas abyectas de la industria. A lo mejor en el futuro se pueda cambiar por completo a una dieta basada en plantas.

Sin embargo, hay que ser realistas, no todo saldrá a la perfección. Este será un camino largo, en el cual los recursos de un sistema viejo y cruel ayudarán a crear uno nuevo y mucho más empático.

Aquí puedes encontrar enlace directo al documental: Who We Eat – The End of Meat – Watch the full documentary | ARTE (Tiene subtítulos en inglés y español)

 

 

Fuentes

 

Who We Eat – The End of Meat – Watch the full documentary | ARTE

Who we eat – The Vegan Strategist

Dr. Friederike Schmitz

Mensch Tier Bildung e.V. offers workshops on the topic of “farm animals”. (mensch-tier-bildung.de)

Empathy avoidance: Forestalling feeling for another in order to escape the motivational consequences. – PsycNET (apa.org)

Empathy is hard work: People choose to avoid empathy because of its cognitive costs – PubMed (nih.gov)

Empathy Takes an Emotional Toll and People Are Avoiding It (verywellmind.com)

BIO | Soko (soko-tierschutz.org)